RUTA DEL AGUA GUILLENA 08-01-12

Con la finalización de las Navidades y la llegada del nuevo año, comenzamos una nueva temporada ciclista. Y que mejor inicio para rebajar los excesos navideños, que la Ruta del Agua en la localidad de Guillena. Esta es la crónica:

Desde que barajamos realizar esta ruta en plenas Navidades, muchos compañeros empezaron a interesarse por ella. Unos por no haberla realizado nunca y otros por disfrutar de nuevo con los bellos parajes ribereños.

A las 08:00 horas y desde la Casa de la Cultura minera, una veintena de muniguenses partieron hacia la localidad de Guillena, haciendo una breve parada en Villaverde para recoger a los compañeros Gabriel, Encarni y Félix.

Tras el oportuno desayuno a la entrada de Guillena y aparcar en el Paseo de la Cruz de La Mujer, comenzamos la ruta por el Cordel del mismo nombre. Sobre la Ruta del Agua poco más se puede decir de lo mucho escrito y documentado, siendo una de las de más belleza de la provincia de Sevilla. Precisamente, la cercanía a la capital, hace que al igual que el pasado Domingo, estuviera concurrida con decenas de bikers y beteteros.

Recorridos 4 kms aproximadamente, realizamos un giro a la derecha para acceder al conocido como Tramo Restringido. Este tramo de 14 kms es sin lugar a dudas el más impactante tanto por su belleza, como por el trazado y sinuosidad junto a la Ribera de Huelva

A la mitad del mismo, nuestro compañero Angel Félix nos propuso hacer una parada para realizar un reagrupamiento y al mismo tiempo, darnos una sorpresa. Nos llevó hasta el Mirador de la Ruta, donde tras hacer un poco el cabra y poner pie en tierra un par de veces, llegamos a una plataforma que hace de mirador donde se pueden observar las mejores vistas del lugar.

Continuamos con la marcha deleitándonos con el paisaje hasta llegar a otro curioso lugar: La Cantina. Este coqueto restaurante es el sitio ideal para realizar un avituallamiento durante el recorrido. El Tito Juan aprovechó para pedir unos montaditos ibéricos que estaban de lujo, junto a una cervecita fresquita que aún estando en Enero, vino muy bien debido a las altas temperaturas que no son normales para estas fechas.

Tras el descanso, comenzamos a pedalear de nuevo por el Cordel de la Cruz de la Mujer con otra sorpresa no tan agradable como las anteriores. Un pedazo de cuesta con sus curvitas y repechitos incluídos que nos hizo sudar de lo lindo. A partir de la finalización de la misma, el terreno comenzó a descender de forma progresiva hasta llegar de nuevo al punto de inicio de la marcha, tras vislumbrar la silueta del Puente del Alamillo.

Sin lugar una ruta más que recomendable, tanto a ciclistas como a senderista y/o amantes de la Naturaleza en general.